Calidad, una palabra corta pero que abarca mucho y dentro de los ámbitos de bienes y servicios, es de vital importancia para que el negocio sea exitoso. Partiendo de esto, existe un término llamado gestión de calidad (quality management), el cual como su nombre lo indica, significa trazar estrategias efectivas que ayuden a lograr la calidad máxima dentro de una corporación.
A través de la gestión de calidad es posible tener un mayor control, evaluación y revisión constante de cómo son los procesos y resultados dentro de una marca. Es una investigación detallada que busca alcanzar lo mejor dentro de cada área de acción y se ejecuta tanto en grandes corporaciones como pequeñas.
Pero, ¿Cómo se hace para realizar una gestión de calidad con frutos óptimos? Primero, hay que establecer unas pautas que deben cumplir todos los miembros del equipo de trabajo. Esto se logra con la elaboración de manuales o guías que sirvan para seguir instrucciones sobre cómo cumplir con ciertos objetivos pudiendo usar para ello sistemas TQM (Gestion de Calidad Total).
Cada empresa es diferente y debe aplicar las medidas de gestión de calidad dependiendo de sus propias necesidades y metas. Así, por ejemplo, los restaurantes tienen sus recomendaciones sanitarias para el manejo de los alimentos. El cumplimiento de ellas garantizará una calidad que brinda satisfacción a los clientes.
También, cada país tiene sus propias reglas y normas que todas las empresas deben cumplir para poder lograr la calidad. Ya también hay estándares internacionales de calidad, como el ISO 9000, que exige a las marcas a contar con un sistema para garantizar la efectividad de los servicios y bienes.
Sistemas necesarios
Gracias a la automatización de los procesos a través de la tecnología, en el mercado hay muchos sistemas y softwares que se implementan dentro de las empresas con el fin de garantizar la gestión de calidad. Así, los empleados se ahorran tiempo y hasta dinero en cumplir cada paso.
¿Cuál es el principal fin de la gestión de calidad? Brindar satisfacción a los clientes, cubriendo sus necesidades de la mejor manera posible. La idea es que cada persona que consuma bienes y servicios, tienen que tener cubiertas sus expectativas.
Y esto se logra supervisando que todo dentro de la empresa se cumpla a cabalidad, con el fin de mantener la confianza del público meta. Y por supuesto, es necesario escuchar lo que tienen que decir los consumidores, para que así, la gestión de calidad sea más efectiva y empática con la gente.
Cada gestión de calidad debe estar liderado por personas altamente capacitadas y con las herramientas necesarias para supervisar, delegar, dirigir y emprender estrategias que lleven a alcanzar el objetivo en común, ese que la empresa se ha puesto como misión.
Con el establecimiento de los objetivos será mucho más sencillo tener claro qué se va a hacer para lograr la calidad deseada, siempre cumpliendo con las normas internar y las pautadas por los organismos.
Equipo capaz de cumplir eficientemente
Y así como es fundamental contar con líderes capacitados para llevar a cabo la gestión de calidad, éstos deben rodearse del personal comprometido y competente en todos los ámbitos que conforman la marca. Todos esos aportes son súper valiosos a la hora de establecer las mejoras tanto para la empresa como para el público.
Cada quien tiene ideas que contribuir, con respeto y consideración, deben considerarse a la hora de enfocarse en los logros comunes. Para ello, también es vital brindar ánimo e incentivos.
Pero así como hay aportes, también debe haber cabida para las críticas. Lo que no esté bien o lo que deba modificarse para lograr los objetivos, deben ser bien recibidos. No hay que ver esos aportes como algo negativo, sino como un momento ideal para mejorar.
Cuando se cumplen las normas, recomendaciones de entes competentes y los propios objetivos de la empresa, se da una garantía de calidad que sin dudas, beneficiará a los clientes. Pero, también la marca logra sus metas financieros y alcanza un posicionamiento importante dentro de su mercado. La gestión de calidad es infaltable dentro de una marca, pues ayudará a que ésta sea exitosa. No es algo que deba tomarse sin importancia. La distancia entre el triunfo y el fracaso se mide en la aplicación o no del quality management.